El mensaje que la GCOMS (Campaña Global contra el Gasto Militar) les envía a los gobiernos del mundo, instándoles a reducir su gasto militar y que redistribuyan esos recursos para defender de verdad a la población y el planeta, en realidad los incita a aumentar dicho gasto.
Cuánto más apoyo reciba la campaña de GCOMS, más peligroso será nuestro mundo. Esto es así por varias razones:
-
GCOMS acepta la existencia de las fuerzas armadas, la industria militar y el comercio de armas.
-
GCOMS les pide a los gobiernos defender de verdad a la población y el planeta. Para la mayoría de la gente, defender a la población significa protegerla mediante las fuerzas armadas. Los gobiernos organizan desfiles militares para mostrarle a sus ciudadanos cuán bien defendidos estarían frente a una guerra. Si el desfile muestra un par de tanques y 50 soldados, generaría preocupación y temor en la población al no sentirse muy protegida. Si el desfile incluye 50 tanques, mil soldados y 10 aviones de combate volando por los aires a gran velocidad, la gente aplaude y se siente orgullosa de sus fuerzas armadas.
-
GCOMS parece ignorar que los presupuestos de educación, vivienda, salud y medio ambiente están sujetos a los fondos disponibles, mientras que para el presupuesto de defensa no hay límite de fondos. En pocas palabras, si 100 ventiladores para 100 pacientes con covid-19 cuesta un millón de euros, pero el presupuesto de salud solo permite adquirir 80 ventiladores, morirían 20 personas. Sin embargo, si dos mil bombas y mil misiles cuestan 25 millones de euros, y el presupuesto militar para dicho gasto es de 15 millones de euros, los gobiernos no tienen ningún problema para encontrar, pedir prestado o imprimir los 10 millones faltantes.
Aprecio muchísimo los esfuerzos de la GCOMS, pero también sé que su campaña nunca logrará un mundo mejor y más justo. El dinero no vale nada, la vida humana es lo que vale.
En vez de señalarle a los gobiernos cuán grande es su gasto militar, la GCOMS debería señalarles otros números:
-
Cuántas personas han sido asesinadas por esos gobiernos
-
Cuántas familias han quedado destruidas o traumatizadas de por vida
-
Cuántos huérfanos han generado
-
Cuántas ciudades han destruido
-
Cuántas personas han dejado sin techo, sin salud y sin sustento
-
Cuántos refugiados han producido
-
Cuántas economías han devastado
La GCOMS debería tener presente que la gente puede vivir sin auto, celular, libros o películas, pero un auto, una vivienda, las computadoras y televisores, las joyas, los alimentos, no le sirven de nada a los muertos.
La GCOMS señala correctamente que el gasto militar ha aumentado en el 2020, a pesar del colapso económico generado por el diminuto virus del covid-19. Esto sucede porque el Consejo de Seguridad de la ONU y sus aliados no piensan abandonar sus planes para una tercera guerra mundial.
Hace casi 73 años, el nivel de vida y la economía de Costa Rica mejoraron rápidamente ni bien fueron abolidas sus fuerzas armadas. Realmente espero que la GCOMS se pueda dar cuenta de que la abolición del militarismo, y no la reducción del gasto militar, es la única estrategia que pueden aplicar los gobiernos para mejorar nuestras vidas y salvar a nuestro hermoso planeta.
Finalmente, aún si las fuerzas armadas y su armamento costaran nada y los gobiernos no tuvieran gasto militar alguno, nada cambiaría. Las armas, misiles, explosivos, vehículos militares (tanques, helicópteros y aviones de combate, buques de guerra) y las fuerzas armadas existen exclusivamente para montar guerras, que destruyen a la humanidad y el planeta. Debemos deshacernos de esta práctica innecesaria e inmoral. Reducirla no es suficiente.
Alberto Portugheis
Presidente de HUFUD